No hay nada mejor que un juego de exploración, desafíos y puzles aderezado con mecánicas de pinball, o si no que se lo digan a Yoku´s Island Express.
El mundo del pinball, pese a lo básico que puede parecer en su propuesta, encierra una completa originalidad si se sabe tratar correctamente. Ya sea en su faceta más seria con Pinball FX 3, o en ámbitos más ficticios como en su día consiguieron Sonic Spinball o Mario Pinball, todo es posible con ingenio, un par de flippers y ganas de elaborar un producto que se salga de la línea establecida. Precisamente por el camino de los dos clásicos protagonizados por Sonic y Mario respectivamente se mueve el juego que tenemos para analizar en este texto: Yoku’s Island Express, la última apuesta de Team 17 y Villa Gorilla donde los coloridos gráficos se funden con una propuesta jugable igual de absorbente.
Es cierto que iba con recelo porque este mismo año analicé otro juego independiente con temática pinball, llamado Momonga Pinball Adventures, y que resultó ser una pequeña decepción porque no terminaba de despuntar dentro de su ámbito. Por suerte, y tras solamente diez minutos de partida, mis prejuicios pudieron echarse a dormir para dar paso al disfrute puro y duro. Culpa de ese gozo la tiene su protagonista, un escarabajo pelotero llamado Yoku que transporta rodando una pelota repleta de cartas que tiene ligada al cuerpo. Su travesía comenzará en Mokumana, una isla paradisíaca donde tendrá que trabajar de cartero, llevando la correspondencia a los diferentes vecinos que habitan tan bonito lugar. Pero algo sucede en uno de sus envíos, y es que, al llegar al centro neurálgico de la isla, le informan que la criatura medio animal, medio deidad que mantiene el equilibrio en toda la isla ha sufrido una herida por una bestia salvaje, y que su vida se está desvaneciendo con cada minuto que pasa. Un problema al cual deberá enfrentarse nuestro simpático bicho, con la misión de informar y reunir a los tres grandes sabios del lugar con el fin de hacer frente al malvado ser y romper el sello maldito que tiene inactivo a toda la isla. Eso sí, comunicar la grave situación a los tres legendarios sabios no será tarea fácil, ya que nos espera todo un entramado de rampas, peligros, pinchos y bumpers que tendremos que sortear de manera racional y precisa.
Si tuviéramos que definir el tipo de juego que nos encontramos en Yoku’s Island Express obviando el factor pinball, sería el de una aventura “Metroidvania” donde tendremos que explorar el escenario al dedillo, descubrir las zonas ocultas y sortear los obstáculos que hallaremos por el camino. Por poner un ejemplo, llegar hasta el primer sabio me supuso antes tener que adquirir la habilidad de detonar rocas con una especie de babosas, y para alcanzar el emplazamiento del segundo objetivo, el juego te obliga a buscar la capacidad de bucear, con la cual llegaremos a sitios antes inaccesibles. Todos estos nuevos movimientos serán fáciles de ejecutar, pero suponen un cambio interesante a la hora de plantear los puzles o de volver tras nuestros pasos con el fin de habilitar nuevos caminos. ¿Aún no os hemos contado que hay un matasuegras? Pues será la primera y última vez que controléis a un escarabajo con un matasuegras.
No solo las habilidades adicionales como las comentadas será el objetivo a buscar por la bella isla, sino que tendremos un sinfín de objetos, secretos y parajes ocultos que nos harán perder de una bonita manera nuestro tiempo. Mención especial tienen las frutas, factor clave si queremos progresar de forma satisfactoria en la aventura. La recolección de estos frutos será la moneda de cambio de Yoku’s Island Express, y conseguir la mayor cantidad posible nos permitirá desbloquear nuevos pulsadores por el escenario, comprar ayudas o no morir en el intento de llegar hasta el final del juego. Me parece una idea genial que esta forma de pago cobre relevancia, ya que en los propios puzles o mini-juegos no solamente nos centraremos en superar el reto que nos propone Yoku’s Island Express, sino que también intentaremos conseguir la mayor cantidad de esta fruta pulsando los botones, recorriendo rampas, golpeando los bumpers o batiendo los desafíos que el propio juego nos propone.
Si nos centramos en la mecánica de pinball, no vamos a encontrar mesas al uso, sino que los flippers y pulsadores están dispuestos de manera atípica permitiendo que haya puzles y situaciones de todo tipo. Además, todo cobra otro matiz según vayamos desbloqueando las habilidades especiales aportando una mayor complejidad y teniendo que afinar cada vez más nuestro tiro si queremos superar las zonas con éxito. Personalmente, la gran cantidad de situaciones, objetivos y “mesas” que encontraremos por la isla nunca me llegaron a aburrir y siempre estaba impaciente por conocer cómo sería el próximo desafío y cómo tendría que ayudar al personaje de turno.
Parte del carisma de Yoku’s Island Express, aparte de por sus creativas mecánicas ya descritas, proviene de su apartado gráfico, que consigue atrapar desde el momento de la introducción. Qué queréis que os diga, solamente viendo las imágenes del análisis uno ya sabe perfectamente que lo que encontramos a nivel visual en el título está a otra escala, a veces superando incluso el arte que encontramos en juegos como Ori and the Blind Forest. Habrá diferenciaciones claras en la isla, y aunque al principio toda la acción transcurre en una jungla tropical, según avancemos iremos cambiando de climas y paisajes, con zonas áridas en la parte oriental de la isla, termas calientes en la base y espacios completamente nevados según vamos subiendo la montaña central. Todo ello, pintado a mano y sin nunca caer en la monotonía, con atajos según vayamos abriendo zonas e interconectado de una manera magistral. Lo mismo pasa con los NPC que nos vayamos encontrando por el camino, todo un alarde de originalidad y personalidad que no siempre encontramos en los juegos, mucho menos en aquellos de carácter independiente.
Que la alegría y frescura que ofrece Yoku’s Island Express no entre solo por los ojos, porque musicalmente encontramos una propuesta alegre y jovial, con melodías “caribeñas” a base de ukelele que te hacen desconectar al instante, aunque hayas tenido un mal día. Todas las canciones van acordes con la trama en escena, y prácticamente tienen un denominador común que es ser un elemento de acompañamiento, aderezado aún más si cabe con los efectos de sonido propios de cada entorno. Además, para acabar con buen pie el análisis, tenemos que decir que los textos del juego están traducidos al español, lo que nos vendrá de perlas para saber muy bien las misiones que se nos encomienda e incluso para entender las pistas que nuestros amigos del bosque nos ofrecen.
Conclusión
Sin duda alguna, Yoku’s Island Express se postula como uno de los mejores indies del año por múltiples motivos. Esa mezcla entre exploración por el mapeado, búsqueda de habilidades nuevas y gráficos de ensueño nos recuerdan en gran medida a lo que vimos en Ori and the Blind Forest, pero con el añadido de unas mecánicas de pinball que le otorgan una originalidad pocas veces vista en un título independiente. Sin duda, una muy buena elección para descongestionarse de juegos más densos o exigentes y simplemente desconectar tranquilamente en el sofá de tu casa. Porque estar en una isla caribeña es lo que tiene, ¿no?