Análisis de Tamashii para Xbox One, cuando el mal rollo puede expresarse con lo mínimo
Una semana más(creo que esta vez han pasado dos) os traigo un título un tanto diferente. En esta ocasión vamos a analizar Tamashii, de Vikintor / Stage Clear Studios y publicado por Digerati, un juego que no sabría si llamar pixelart, pero que si tengo claro que es de lo más peculiar que he jugado en mucho tiempo.
Este excéntrico juego basa toda su estética en el pixelart, pero con la sutil diferencia de que más que buscar la belleza minimalista aboga por la incomodidad y el mal rollo. Cada personaje, escenario y sonido están pensados para generar terror y el mal cuerpo. Para acompañar todo este despliegue de monstruosidades tenemos una historia muy sobrenatural, pues un Dios, con sus últimas fuerzas, crea un heraldo para que elimine la semilla del mal de su templo.
Este heraldo, nosotros, debe viajar al templo y acabar con todos los demonios que lo pueblan para que el Dios recupere su poder completo. Más la situación siembra dudas y la líder de los demonios también tiene algo que decir al respecto. Sin duda es interesante ver como cada bando intenta convencernos de que apoyemos su causa. Por otra parte, las conversaciones ofrecen algunas respuestas a escoger para intentar sacar más información. Porque a fin de cuentas, bien y mal son puntos de vista y nunca es malo cuestionarse las órdenes recibidas.
Lo más sorprendente de esta experiencia es como el decorado cambia según avanzamos por la historia, además de los detalles escabrosos que nos persiguen de forma incesante. Mi inocencia me hizo probar este título de noche en solitario para acabar agobiado 20 minutos después. La pantalla de título nos sugiere jugar con cascos para una mayor inmersión, porque los sonidos están diseñados para generar un ambiente incómodo. Sin embargo la guinda del pastel llega cuando el juego presenta ruidos inesperados o cosas por pantalla de repente acompañadas de juegos de luces y sonidos intensos. El clásico susto inesperado de película de terror se hace latente de vez en cuando. Pero cuidado, como indica la ficha de Tamashii, no es un juego apto para fotosensibles.
Tamashii es ante todo un juego de plataformas. La jugabilidad al uso se basa en avanzar por laberintos 2D saltando entre plataformas y trampas para llegar del punto A al punto B. Sin embargo no estamos ante un juego de scroll lateral sin más, en este título cada habitación es un puzzle que superar. Pues cada nueva sala a la que accedemos ofrece pulsadores, trampas y puertas con crono. Para sobrepasar la situación disponemos de los poderes sobrenaturales de nuestro protagonista. Este tiene la capacidad de clonarse hasta tres veces para activar botones o bloquear objetos.
Estos clones son temporales por lo que es clave escoger cuando y donde ponerlos. El juego sabe poner el punto de desafío adecuado complicando cada vez más la activación de interruptores. Asimismo desde pulsadores que dan acceso a otros y plataformas que se abren y cierran, es importante colocar cada clon en el sitio óptimo y rezar por ser lo suficientemente rápidos como para llegar a la puerta antes de que se cierre de nuevo.
En una batalla divina como esta, no puede faltar el choque entre luz y oscuridad, y para ello el objetivo primordial es acabar con los demonios más poderosos. Cada enfrentamiento ofrece un combate clásico donde reducir la vida del rival sin perecer en el intento. Dado que nuestro heraldo no tiene ninguna habilidad para hacer daño, una vez más debemos recurrir a interruptores que disparan automáticamente al enemigo. Por ende debemos esquivar los ataques del demonio mientras colocamos clones en los interruptores.
Cada jefe ofrece mecánicas ligeramente variadas y dificultad incremental a cuanta menos vida le queda. Al final se resume en nuestra pericia para aprovechar el espacio y nuestra capacidad de memorizar los patrones del jefe de la sala. Aunque una vez más, hay que añadir toda una serie de efectos sonoros y ondulaciones en la imagen que generan un ambiente perturbador.
Aunque Tamashii sabe hacer bien muchas cosas, también peca de otras. De esta forma el título solo puede jugarse con textos en inglés o portugués de Brasil, dado que su origen es brasileño. Por otra parte, los niveles tienden a hacerse repetitivos y la duración es relativa a nuestra habilidad a los mandos. Cabe destacar que al sensación de grima se va diluyendo a medida que nos acostumbramos al ambiente general del juego.
En definitiva, Tamashii es una interesante propuesta para los fans del plataformas 2D y la temática gótica. Curiosamente el diseño del protagonista y algunos otros detalles me recuerdan al estilo de Hora de Aventuras, ya sabéis ese punto inocente que oculta algo más sombrío en el trasfondo. Sin embargo puede no ser una experiencia apta para todos dado su juego de luces a veces excesivo.
Tamashii está disponible para Xbox One, PlayStation 4, PC y Nintendo Switch.