“Yooka-Laylee nos devuelve un trocito de nuestra infancia, algo maravilloso”
El anhelo y la nostalgia son dos sentimientos que muy frecuentemente van cogidos de la mano, y por mucho que nos pese, muy sonados en el sector del videojuego en los días que corren. Por motivos que muchas veces escapan a nuestro entendimiento; muchos géneros, licencias o personajes caen en la decadencia y en el olvido. Este caso descrito, podría ser el del género de plataformas en tres dimensiones, una categoría huérfana a día de hoy, pero que en su época dorada nos brindó un sinfín de buenos momentos.
Este género cuenta con grandes referentes, los cuales a día de hoy son considerados como viejas glorias, entre ellos podemos encontrar: Crash Bandicoot, Jax and Daxter, Conker, Ratchet and Clank, Rayman, Banjo-Kazooie, Spyro The Dragon, Sonic, entre otros. Por estas y muchas más razones, son muchos los jugadores que recordamos los títulos citados anteriormente con un cariño incalculable, sin embargo, los que un día nos divertíamos con este tipo de juegos, ahora no tenemos ningún referente o candidato paraa suplir este gran vacío.
Ese gran vacío de propuestas jugables en esta categoría es una realidad, aunque gracias a los estudios independientes, de vez en cuando, vemos alguna apuesta interesante que nos alegra y nos calma el hambre por este tipo de juegos. Por un lado, es cierto que los títulos enmarcados dentro del género de plataformas en tres dimensiones son proyectos arduos, con costes de producción bastante altos, pero por otro lado, el mercado está tan colmado de shooters o licencias anuales, que las ventas de estas pequeñas joyas caen en un saco roto, lo que supone unas pérdidas en inversiones muy altas.
Como decíamos, las grandes compañías ya no apuestan por este género, quizás no les es rentable. No obstante, estamos viendo como cada vez más, pequeños estudios independientes se atreven con este gran reto. En esta situación encontramos a Playtonic Games, una pequeña desarrolladora, con sede en Reino Unido, creada a partir de antiguos empleados de Rare. En ella encontramos a Chris Shuterland, uno de los productores de Banjo-Kazooie, y 7 empleados veteranos procedentes de Rare, los cuales decidieron tomar su propio camino tras su disconformidad en la compra de la compañía por parte de Microsoft.
Playtonic Games fue fundada con la intención de devolvernos este ansiado género, además de recuperar su espíritu. Por ello, la compañía no tardo en presentar su primer proyecto en Kickstarter con el fin de financiar su sueño, el cual a día de hoy es el de todos nosotros, recuperar el género de las plataformas en tres dimensiones. Dicho proyecto, fue todo un éxito en su campaña de financiación recaudando más de 2 millones de libras. Esto solo indicaba una cosa, la comunidad estaba ansiosa por recuperar estas aventuras, por lo que todos pusimos nuestra atención en el título que hoy analizamos, Yooka-Laylee.
Yooka-Laylee tenía una labor tremendamente grande, puesto que las expectativas puestas en él eran sumamente elevadas debido a quienes se encontraban detrás su desarrollo, además de ser una de las pocas propuestas por el género en muchos años. Y bien, tras dedicarle cuantiosas horas de juego al título, no podríamos estar más contentos. Playtonic Games ha cumplido con lo que se esperaba de ellos, y lo más importante, con lo prometido en la campaña de financiación. Y no solo eso, ya que su obra consigue retrotraernos en cierta forma a finales de los años 90, cuando el género estaba en pleno auge en Nintendo 64 y PlayStation.
Tildado por ser el sucesor espiritual de Banjo-Kazooie, lo cierto es que Yooka-Laylee cuenta con su propia identidad, aunque obviamente también acarrea mucho de su “predecesor”. El juego hereda las mecánicas, la jugabilidad, el humor y la estructura del clásico citado anteriormente, cosa que no es para nada algo negativo como muchos podrían pensar.
La aventura arranca con un tutorial, como es costumbre en este tipo de juegos, y tan solo unas pequeñas enseñanzas después, en las cuales nos explican la estructura del juego y unos pocos comandos, nos dejan a nuestro aire para disfrutar de este amplio y bello mundo. Tras esta pequeña introducción ya no contaremos con ningún tipo de ayuda, seremos nosotros mismos los que a base de explorar y mantener diálogos con los distintos personajes, encontremos el camino correcto.
Nuestro viaje empieza en un día cualquiera, en un momento cualquiera. Nuestros protagonistas Yooka, un camaleón entrañable, y Laylee, una “murciélago” encantadora, se encuentran disfrutando de un maravilloso día encima de una cálida piedra cuando de repente unos sucesos entorno a un misterioso libro, les pone en alerta acerca de los terribles planes del villano de ciudad B. Sus maquiavélicos planes pasan por tomar el control de todo el mundo del juego, gracias a una máquina que funciona con las páginas mágicas del libro de nuestros héroes. De esta forma, nuestro objetivo será recuperar todas, y cada una de las páginas del libro para truncar así las intenciones de nuestro enemigo. Como podéis ver la historia del juego no es muy profunda, tan solo sirve como hilo conductor para enlazar los mundos en los cuales se desarrolla la acción, así como los niveles y sucesos.
Explicada la premisa del juego, ahora es más sencillo comentar cómo funciona la estructura del mismo. El título se divide en distintos mundos partiendo desde un punto neurálgico, el cual es ciudad central. Desde ahí, podremos ir desbloqueando los distintos mundos que componen esta aventura, aunque para ello nos harán falta cierta cantidad determinada de páginas. Además, estas páginas, las cuales son denominadas “pagies” en el juego, también nos sirven para ampliar los mundos. Estos niveles son muy variados y presentan ambientaciones o emplazamientos muy dispares a la par que variopintos, que van desde parajes nevados, pantanos a casinos, entre otros. En un principio, cuando desbloqueamos cada nivel del juego tendremos zonas bloqueadas, y solo podremos acceder a una pequeña parte de estos. Sin embargo, cuando tengamos una cierta cantidad de “pagies” podremos ampliarlos. Con las ampliaciones, se añaden nuevas zonas a los niveles, además de nuevos desafíos y secretos. Es impresionante como en este aspecto, un buen diseño de entornos y niveles puede funcionar tan bien cuando se realiza de una forma sobresaliente.
En Yooka-Laylee encontraremos una cantidad ingente de coleccionables, y como podéis ver un porcentaje de estos deberemos conseguirlos obligatoriamente para poder avanzar en nuestro viaje. En total tenemos la friolera de 145 pagies, 1010 plumas (200 en cada mundo), 6 potenciadores de mariposas (vida), 5 moléculas, y 6 potenciadores de energía, además de diferentes tipos de fantasmas. Todos estos coleccionables se consiguen mediante la superación de distintos desafíos, retos, pruebas o carreras contrarreloj, aunque la gran mayoría de estos los obtendremos mediante la exploración.
Esta gran cantidad de contenido puede abrumar y agobiar en primera instancia, más si somos de ese tipo de jugadores que busca completar el juego al 100%. No obstante, como es habitual en estos juegos esta tarea se convierte en algo adictiva y siempre querremos más. Además, debido al notable sistema de progresión que incorpora, no nos será posible acceder de buenas a primeras a todos los objetos que tengamos a la vista, ya que muchos de ellos requerirán de alguna habilidad o poder que obtendremos más adelante. De este modo, tendremos que volver a visitar mundos en los cuales ya habíamos estado para seguir obteniendo aquellos objetos que anteriormente no podíamos. Este aspecto está claramente heredado de los clásicos de los años 90, y en esta ocasión Yooka-Laylee lo sabe llevar con muy buen atino.
En cuanto al resto de coleccionables, las plumas juegan un papel muy importante, digamos que son la moneda del juego, ya que con ellas podremos comprar las distintas habilidades o poderes. Nuestro amigo Trowzer, una serpiente con un diseño exquisito, nos proporcionará un trato con el cual por cada mundo que desbloqueemos nos dará una habilidad nueva gratis. Sin embargo, el resto de ellas las tendremos que comprar con las plumas que vayamos recolectando. También, tenemos los potenciadores de vida o energía, los cuales aumentan permanentemente nuestra barra de salud o energía. Como bien hemos dicho nuestro protagonista es una camaleón, y como tal puede comer insectos, pues bien a nuestro paso iremos encontrando mariposas que tienen dos funciones: si las comemos nos restauran un punto de salud, y si las recogemos nos recuperarán la energía. Por último las moléculas, encontraremos una en cada nivel, y gracias a ellas la Dra. Puzz, una científica un tanto peculiar, nos trasformará en distintas cosas, como: una planta o una excavadora, por poner dos ejemplos rápidos. Y una vez estemos transformados, contaremos con poderes especiales para resolver unos rompecabezas exclusivos estando en estas formas.
Como comentábamos anteriormente, el juego siempre intenta ofrecer una gran variedad de situaciones, tanto en los entornos como en los planteamientos jugables. Debido a ello, nos encontramos una gran cantidad de puzles, retos, acertijos, desafíos, mini-juegos y carreras contrarreloj, con único fin de conseguir un dinamismo constante. Por lo general, el diseño y ejecución de los rompecabezas están muy bien pensados y desarrollados, además su dificultad en ocasiones nos lleva a pensar durante un rato o de lo contrario fracasaremos. En este aspecto, se nota su procedencia, así como la mano de sus desarrolladores, ya que nos recuerda a Banjo-Kazooie en numerosas ocasiones.
Y en este caso, un factor importante en la resolución de los rompecabezas son las habilidades, puesto que muchos de ellos requieren ciertos poderes en concreto. Este hecho hace que en muchas ocasiones nos encontremos bloqueados en la aventura, sin saber qué hacer, porque como hemos dicho anteriormente no contamos con ningún tipo de ayuda, ni pista, ni mapa que nos pueda orientar. Tan sólo, la exploración será nuestra única aliada en este duro periplo.
Playtonic Games ha dotado a su juego de una cantidad de detalles y cosas por hacer muy notable, más teniendo en cuenta el carácter y la procedencia de este humilde trabajo. Por ello, nos ha gustado mucho la inclusión de guiños y alusiones a personajes o momentos clave de la historia de Rare. Además, como hemos comentado ya, la estructura de juego se basa mucho en los antiguos juegos en los que trabajaron, y en esta ocasión han vuelto a lograr un resultado impoluto en este aspecto. Sin embargo, no podemos decir lo mismo en cuanto al control.
El sistema de control en los juegos de plataformas es el punto más importante de todos, ya que la precisión y el manejo deben premiar por encima de todo al estar constantemente dando saltos de aquí para allá. Y en Yooka-Laylee, podemos decir que el control es correcto, pero con ciertos flecos a mejorar. Este apartado cumple con los estándares de calidad que se espera de este tipo de títulos, aunque hay muchas acciones en las cuales sentimos que no tenemos una precisión acertada. Por ejemplo, Yooka aprenderá a rodar sobre sí mismo gracias a la ayuda de Laylee, y es en esos momentos en los cuales hemos sentido que el control juega su peor papel. No obstante, no es nada que no deje disfrutar del juego como es debido, pero sí que estos pequeños puntos a mejorar y pulir pueden provocar que proliferemos ciertas palabras malsonantes al morir o caer injustamente.
A pesar de todo, la jugabilidad es muy simple y sencilla, aunque según vamos avanzando conlleva más dedicación y concentración por parte del jugador. Al principio, empezaremos únicamente con la posibilidad de saltar, y poco a poco, iremos aprendiendo habilidades que van incorporando nuevos botones, así como conjuntos de estos para ejecutar: dobles saltos, planeos, rodaduras, poderes especiales, saltos con impulso, entre otras piruetas más.
Sin embargo, el punto más problemático de este apartado es la cámara, la cual siempre está haciendo de las suyas. La cámara de Yooka-Laylee se sitúa detrás de los personajes controlables siguiendo la acción, y el problema viene cuando esta se intenta recolocar tras algún giro brusco o algún cambio de plano. En esos momentos, la cámara no acaba de situarse como debe y en muchas ocasiones se vuelve un tanto revoltosa, llegando incluso a molestar.
Y antes de entrar en temas técnicos, comentar también que en el juego encontraremos una serie de enfrentamientos con distintos enemigos, los cuales según el mundo que visitemos tendrán un diseño acorde a la ambientación de estos mismos. Estos combates son meramente anecdóticos, puesto que la mayoría de rivales mueren de un golpe, o dos si son jefes de grupo. No obstante, este aspecto se agradece mucho, ya que de lo contrario estaríamos ante mundos vacíos y nos faltaría algo por hacer mientras estamos explorando.
Ahora sí, vamos a tratar el apartado gráfico y técnico de Yooka-Layle. Estos apartados tienen un acabado bastante bueno en general, y sobretodo destacaríamos el diseño artístico de todo el conjunto. Los diseños de los personajes, los escenarios, los mundos, las animaciones y modelados son muy notables. Estos están realizados con un mimo y un amor sobre acogedor, lo cual logra un resultado visual muy bonito. Sabemos que estamos ante un juego modesto, y que en cuanto a poderío se puede quedar corto, aunque una vez más aquí se demuestra que un diseño bonito, detallado y colorido puede hacer que en conjunto todo se vea bien, sin importar realmente nada más.
El juego utiliza el motor gráfico Unity, y como decimos el acabado es bonito a pesar de no ser nada destacable. Esa belleza aparente, detrás esconde o enmascara unas carencias obvias debido a la humilde procedencia del título, como por ejemplo, la escasez de interacción. El rendimiento es bueno en general, aunque funciona a 30 fps y en ciertos momentos hemos experimentado algún que otro tirón.
Por último, el apartado sonoro es quizás el apartado más sólido de todos, gracias a unos efectos de sonido contundentes y una banda sonora exquisita de la mano de varios compositores venidos de la antigua Rare, los cuales trabajaron en Banjoo-Kazooie como es el caso Grant Kirkhope. Las piezas musicales nos recuerdan a las de otros viejos clásicos del género, y nos hacen sentir como si retrocediéramos en el tiempo. El juego se encuentra localizado al castellano con una muy buena calidad, manteniendo incluso la mayoría de chascarrillos y bromas del material original.
Gran análisis, amigo Filmax.
Grandes recuerdos me trae este género!
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