Cómo ha sobrellevado el paso del tiempo Lost Odyssey, un juego protagonizado por inmortales
Voy a probar con esto de los análisis de títulos que ya tienen sus años. Este año, aunque dije que lo haría en 2019, finalmente he asumido el gran jrpg de Xbox 360 y he vivido una de las mayores aventuras del género. Lost Odyssey es un proyecto que llegó de mano de Mistwalker y Feelplus. Con grandes mentes como Hironobu Sakaguchi y Kiyoshi Shigematsu al mando, además de nuestro querido Nobuo Uematsu al cargo de la banda sonora. Estos nombres seguramente os suenen si sois asiduos al género, pues es gente que ha trabajado, o sigue trabajando, en títulos de la franquicia Final Fantasy. Con todo este currículum, veamos que es capaz de ofrecer Lost Odyssey en pleno 2020.

Lost Odyssey presenta una historia arquetípica del jrpg. Es decir, combina drama, personajes carismáticos, protagonistas demasiado jóvenes para empuñar armas y ropa increíblemente inadecuada para un combate. Aunque en todo este paradigma hay algunos añadidos que suman gran valor a la obra. Nuestro primer protagonista(de un equipo de 9 personajes) es Kaim Argonar, un mercenario que lleva deambulando por el mundo un milenio. Si, un milenio, varios de nuestros personajes principales viene de otro mundo y son inmunes a la degradación natural de la humanidad. Esta situación única lleva al héroe a conocer gente y perderla durante tanto tiempo que se ha aislado y enfriado a nivel emocional. Realmente no es fácil asumir que la vida de aquellos que amas termina en un suspiro. Porque, qué son 70 años de vida ante la eternidad sino un mero parpadeo.
Una cucharadita de drama
Para añadir más drama a la situación, los inmortales no recuerdan de donde vienen ni quien son exactamente, por lo que durante nuestra travesía iremos descubriendo poco a poco como perdimos la memoria y cual era nuestro objetivo en este mundo. Además, el juego incluye un compendio de “sueños”, que son recuerdos que se desbloquean en la mente de Kaim, mayoritariamente, aunque también pueden ser de otros personajes. Estas historias cortas cuentan las aventuras y desventuras de nuestros héroes, aunque siempre tienen un girito triste. A la práctica son “power point” con música y transiciones, pero el contenido es tan intenso que es imposible no tener un nudo en la garganta al leerlos.

Esta herramienta narrativa me parece una solución magnífica para construir el pasado de personajes con mil años de antigüedad sin saturar la historia principal con flashbacks o explicaciones largas. Puesto que leerlos es totalmente opcional, y la mayoría de los recuerdos son extras del juego que hay que buscar fuera del camino principal. Entre el propio avance de la campaña y estos power point se consigue una construcción sólida de la personalidad y evolución de Kaim, y otros personajes. A fin de cuentas tomamos el control de gente que ha tenido una vida extremadamente larga. Asimismo han llegado a tener descendientes en ese mundo con los que llegan a interactuar generando situaciones imposibles en la vida real.
Las cebollas tienen capas, el combate de Lost Odyssey también tiene capas
El juego opta por el clásico combate por turnos, no obstante agrega varias capas de complejidad nuevas que rizan el rizo en un género que llevaba tiempo estancado (recordad que hablamos de un juego de 2007-2008). Dentro del clásico medidor de turnos según velocidad, se añade los temporizadores para hechizos o habilidades más potentes. Además, si el personaje recibe impactos mientras su habilidad se prepara, tardará más en lanzarla. Por otra parte, colocamos a los combatientes en dos filas, donde los del frente hace de vanguardia y generan un escudo defensivo extra para los de la segunda fila.
Este sistema se llama muro, y cada vez que la vanguardia recibe daño el muro se debilita. Mientras el muro sigue en pie, los combatientes de retaguardia tienen un bonus importante de defensa. Por ende, es importante combinar personajes adecuadamente para tener un buen medidor de muro y proteger a los más débiles. Por si fuera poco, cada personaje puede llevar equipado un anillo. Estos añaden efectos, pero además lanzan un sistema de apuntado donde si presionamos el RT y lo soltamos a tiempo conseguiremos una mejora de daño. Visualmente se describe en dos anillos sobre el enemigo que deben coincidir, si la sincronización falla no recibimos nada, pero si acertamos puede ser mejora de daño o golpe crítico.

En cuanto al crecimiento de los personajes, tenemos el clásico farmeo de experiencia acompañado de subida de nivel y adquisición de nuevas habilidades. No obstante, los personajes inmortales no aprenden nada al subir de nivel, sino que deben enlazar habilidades de los mortales. Es un sistema simple donde escogemos que habilidad queremos de un mortal y debemos acumular los puntos de habilidad necesario combatiendo. Para que estos puntos suban, tanto el mortal enlazado como el inmortal enlazante deben participar en la batalla. Resulta realmente adictivo ir añadiendo poderes a los inmortales. Por otra parte, cada personaje puede equiparse uno, o varios, accesorios.
Los accesorios añaden más habilidades activas o pasivas, y una vez más, en el caso de los inmortales, las habilidades pueden adquirirse de forma permanente, mientras que los mortales solo las tendrán si las aprenden subiendo de nivel, o si llevan el accesorio concreto equipado. Puede parecer que los inmortales son los mejores personajes para combatir, porque además renacen automáticamente pasados unos turnos si se les derrota. Sin embargo, ambos bandos comparten una sinergia clave de aprendizaje conjunto y crecimiento que los complementa. Cabe destacar que algunos mortales presentan poderes superiores aun y sus limitaciones terrenales.

Todo es más épico con una orquesta
Como he comentado al principio, la banda sonora cuenta con el legendario Nobuo Uematsu, que ha compuesto maravillosas melodías para acompañar cada situación con su toque melodramático personal. Como se aprecia en el vídeo adjunto, la melodía mezcla voces puras de coro con una melodía de corte apocalíptico, además de una serie de frases al estilo rap. Todo esto genera un clímax sublime para un enfrentamiento sin cuartel. Cada composición es una pequeña obra maestra que corona esta banda sonora que podría estar en cualquier top sobre música de JRPG.
La parte que podría criticar de Lost Odyssey cae en su apartado estético. Siento que los diseños son bastante únicos pero carentes de la fantasía o peso visual necesario. Si bien varios de ellos se sienten soberbios, muchos otros son muy genéricos e incluso hortera. Por otra parte, estamos ante un juego de 2007-2008(Japón-Occidente), por lo que el diseño de escenarios es interesante en cuanto a mazmorras, pero se hace pesado en zonas de calma por las constantes pantallas de carga derivadas de las limitaciones tecnológicas del momento. El juego no dispone de mapa explorable al estilo Final Fantasy clásico o Dragon Quest, y quizás lo he echado en falta. Aunque su diseño está más centrado en las mazmorras llenas de requiebros y secretos por descubrir.
En definitiva, Lost Odyssey es un juego indispensable dentro del catálogo (retrocompatible) de Xbox. Un título que cualquier fan del género disfrutaría y devoraría sin piedad. Si bien el peso de los años ha hecho mella sobre sus gráficos o diseño de niveles, sigue siendo aceptable en pleno 2020. Con diseños de personaje que quizás no llegan a la talla de lo que esperaría (personalmente), la música es capaz de compensar todo esto.