Análisis de Death or Treat para Xbox Series X.
Halloween es una época del año que me encanta. Y no solo por los caramelos, sino por toda la escalofriante estética, las calabazas talladas, los esqueletos, los vampiros, las brujas y toda clase de monstruos. Algo que ha plasmado muy bien el estudio madrileño independiente Saona Studios en Death or Treat.
Este roguelite de acción 2D con toques de hack and slash nos sitúa en el papel de un fantasma que deberá luchar contra una megacorporación para salvar su humilde negocio de dulces. Un título bastante original tanto en su propuesta jugable como en su apartado artístico e historia.
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Scary, el fantasma autónomo
La historia de Death or Treat está protagonizada por Scary. Como cada año, este pequeño fantasma viaja hasta la ciudad de HallowTown con su amigo Marshmallow para hacer negocio en el Ghost Mart, su tienda rodante. Nuestro espectral personaje lidera la venta de caramelos para Halloween desde hace muchísimo tiempo, pero esta vez no hay ni un solo cliente. La ciudad está prácticamente vacía y una nueva droga, el Storyum, ha convertido a casi todos los habitantes del Hallowverso en zombis o ha hecho que el resto de los negocios acaben cerrando.

El responsable de esto es Clark Fuckerberg, el malvado jefe de la empresa Faceboo! que planea hacerse con el monopolio de las chuches. Pero Scary no dejará ni por asomo que HallowTown y su negocio caigan en la ruina.
Combate el capitalismo a golpe de escoba
Para hacer frente a tal malévola megacorporación, deberemos empezar escalando puestos. El Hallowverso se divide en cuatro localizaciones, que visitaremos consecutivamente: Darkchat, Riptok, Deviltube y Faceboo!. Para avanzar entre una y otra tendremos que derrotar antes a sus jefes finales correspondientes. Pero llegar hasta ellos no será nada fácil, pues el camino estará plagado de enemigos. Algunos serán exclusivos de cada zona y otros se repetirán o tendrán ligeras variaciones.

Scary irá armado inicialmente con un palo de escoba. Nuestro set de movimientos básico consistirá en un ataque normal, uno fuerte, un gancho ascendente, un doble salto y un dash. A medida que derrotemos monstruos iremos consiguiendo caramelos y materiales. Estos nos servirán para desbloquear nuevas armas, mejorar nuestra vida o nuestros poderes. Y es que antes de emprender cada nuevo intento, podremos equiparnos con una de las 3 habilidades disponibles. Estas pueden ser fantasmas explosivos, un disparo boomerang o la posibilidad de convertirnos en un tornado de muerte y destrucción que acabe con todo.
¡ESTAMOS ABIERTOS!
Pero lo más importante al principio de Death or Treat es construir. Como os comentábamos antes, avanzar en cada nivel y derrotar enemigos nos proporcionará caramelos. Pero habrá monstruos especiales que soltarán materiales cuando mueran. Dichos materiales serán necesarios para reabrir los negocios de HallowTown y poder llegar a zonas más avanzadas. Estos edificios son la Forja de Frank, donde compraremos armas nuevas; Necrosoft, el lugar donde mejoraremos nuestras magias con caras actualizaciones y DetoxBucks, la cafetería donde podremos mejorar nuestra vida y recuperación. Incluso podremos desbloquear atajos a cada una de las cuatro zonas del juego.

Precios para morirse
La economía del Hallowverso no es nada amable. Cada mejora, arma o reconstrucción de edificios nos costará una gran cantidad de caramelos y materiales. Para colmo, la cantidad de estos recursos que podremos llevar encima es muy limitada. La única solución será repetir los niveles varias veces o comprarle mejoras para el inventario a Joe Bite Them.

Este personaje con aspecto de vampiro también será muy importante en el juego, pues al final de cada zona nos hará un trato que se sintetiza en el título del juego: Death or Treat. Si elegimos Muerte, volveremos a HallowTown y a cambio Joe nos dará 500 caramelos. Pero si elegimos Trato, continuaremos la aventura y Joe nos dará un espacio extra para ingredientes.
Escalofriantemente divertido
Si hablamos de gráficos, Death or Treat es uno de esos juegos que entra por los ojos. Este encanto viene del simpático diseño de personajes de estilo cartoon y del hecho de que todos ellos, al igual que los escenarios y fondos, están completamente pintados a mano y animados de forma tradicional. La ambientación tampoco se queda atrás, con niveles bien diferenciados entre sí y llenos de detalles o referencias que nos sacarán más de una sonrisa.

El título de Saona Studios está plagado de humor. Las críticas o parodias a la política, las redes sociales y el capitalismo son constantes. Algo que aporta muchísima personalidad a la obra y que sin duda me ha encantado.
En definitiva
Saona Studios ha hecho un roguelite muy divertido, pero también bastante exigente. Sobre todo, en las primeras horas de juego. La curva de dificultad inicial puede llegar a hacerse dura, especialmente por la cantidad de enemigos que hay en los niveles y la baja posibilidad de que suelten objetos de mejora. Pero el delicioso control hace que reintentar cada nivel sea atractivo y poco a poco iremos consiguiendo mejoras que ayuden a Scary a estar más cerca de recuperar su negocio. Además, su estilo visual y sentido del humor animan a seguir explorando cada zona del Hallowverso.
Death or Treat es un gran título que poco o nada tiene que envidiar a otros grandes del género. Si sois fan de este tipo de juegos y posees la paciencia y constancia que requiere, aquí tenéis un indie que es un auténtico caramelito.