Redescubre dos viejos clásicos del mundo del videojuego con Shemue I & II, dos grandes obras que todo jugador o jugadora debería jugar
Hace ya tres años que se anunció la que para muchos es la entrega más esperada del sector del videojuego, bueno quizás una de ellas, pues Half Life 3 gana por goleada. Hablamos de Shenmue 3, la tercera entrega de una licencia que quedó colgada por las bajas ventas de sus anteriores títulos, ya que quizás estaba enfocada a un público un tanto selecto, pues la saga Shenmue nunca fue, ni ha sido, ni será, para todos los jugadores.
Sin embargo, el anuncio de este nuevo episodio no fue de la mejor forma posible, debido a que el proyecto existía, pero necesitaban más financiación para que fuera una realidad. De esta forma, se lanzaron rápidamente a KickStarter para ver cómo batían los récords en recaudar una cantidad estratosférica en dicha plataforma en muy poco tiempo.
No obstante, el videojuego aún sigue en desarrollo y parece que va para largo, aunque poco a poco vamos conociendo nuevos detalles de sus progresos. Asimismo, el lanzamiento de éste suponía un dilema importante, pues las dos primeras entregas, gloriosas donde las haya, cuesta un tanto jugarlas a día de hoy. Lamentablemente y a riesgo de sufrir malas miradas, la única forma de poder hacerlo es mediante la emulación, o bien tener el sistema y los discos originales, algo bastante difícil en los tiempos que corren con la retro por las nubes. Así pues, la comunidad de jugadores no tardó mucho en demandar que reeditasen los títulos, o bien los adaptaran. SEGA parece ser que los escuchó, o más bien vio la oportunidad de beneficio y se puso manos a la obra.
Shenmue I & II es el resultado de esas demandas, y por fin podemos recuperar estos dos clásicos de la historia y de Dreamcast. Por ello y tras 20 años, regresamos a las aventuras del joven Ryo Hazuki, el cual tiene como objetivo vengar a su padre que perece a manos de Lan Di cuando nuestro protagonista regresa a casa. El motivo por el cual suceden todos estos acontecimientos es un misterioso espejo tras el cual va Lan Di, así que Hazuki emprenderá una investigación que le llevará a recorrer Japón y otras regiones con el fin de encontrar al ejecutor de su progenitor.
Esta es una historia que a muchas personas a maravillado y fascinado a lo largo de los años, y es más parecía que no iba a tener final hasta que se presentó la tercera entrega. Hablar de Shenmue es para muchos hablar de un referente o una revolución de un género, aunque para otros puede ser meramente un juego más. No obstante, sería de auténticos necios negar el hecho de que estos títulos estaban muy adelantados para su época, y que a pesar de tener 128 bits lograron unas obras que estaban fuera de lo común.
Shenmue (1999) y Shenmue II (2001) bien podrían ser dos juegos imperecederos, pero obviamente el paso de los años ha afectado a todos y a todo por igual. Así pues, ¿habrá hecho mella todos estos años en estos dos clásicos? Pues lo cierto es que sí. La adaptación de ambos juegos a Xbox One ha sido un tanto vaga. Por una parte, no podemos estar más contentos por la posibilidad de jugar a estos juegos en nuestras consolas actuales, como decíamos era bastante complicado hacerlo. Pero por otra parte, SEGA ha pecado en demasía de falta de ambición, pues no se ha realizado ninguna mejora en el control, y la visual es un tanto justa.
Por ello, si analizamos estas obras con los ojos de ahora sería injusto para la creación de Yu Suzuki, una personalidad bien conocida dentro del mundo del videojuego por otras obras como OutRun, Virtua Fighter, Space Harrier, entre otras. Lo cierto, es que las propuestas de este hombre y su equipo siempre han innovado dentro del género que abarcaban, así que ojala lo haga también Shenmue 3 cuando se lance. No obstante, como decíamos a día de hoy hay trabajos que sobrepasan lo que lograron las dos primeras entregas en su día, obviamente, pero precisamente eso les hace especial, ser los primeros.
De hecho, hay profesionales o especialistas que han estudiado largo y tendido estos clásicos por varios motivos de peso, y es que tocaba diversos palos a la vez que hacía algo nuevo. En aquellos tiempos la dimensión de Shenmue era impensable, más con la cantidad de posibilidades que ofrecía. Su mundo abierto era, y es, uno rico en detalles, así como lleno de actividades por hacer, pero quizás aquí radica uno de los elementos más criticados por aquellos que no alaban tanto estos juegos. Esas actividades procedentes, o influenciadas, de los simuladores sociales se antojan triviales y demasiado cotidianas de realizar. ¿Por qué carajo he de trabajar también en un videojuego, si ya lo hago ocho o más horas al día en la vida real? Cuestiones como esas son las que se hacían sus detractores, que parece ser que se trasladan a los días actuales.
Aun así, como estábamos comentado Shenmue mezclaba distintos géneros, no era solamente un mundo abierto en sí, que tampoco. Ambas entregas tienen un universo rico en común, con diferencias en tamaño, pero con claras alusiones a otras categorías o elementos como la aventura gráfica o el rol. De hecho, sigue muchas directrices y patrones a raja tabla, tanto que cada personaje del videojuego, así como nosotros mismos seguimos unos horarios. Este aspecto es otro de los que no sentaron muy bien, pues tener que esperar a cierta hora podía hacerse tedioso, pero bueno ahí radica realmente la magia para quienes aman las aventuras de Hazuki. Por ello, podíamos, o podemos, participar en multitud de eventos, mini-juegos o encargos mientras esperamos a que, por ejemplo, sea la hora para continuar con nuestra historia y hablar con cierto personaje. Este factor es crucial y marca bien los tempos de una historia que hay que degustar con los cuatro sentidos, saber dedicar a cada momento su tiempo y cada tiempo su degustación. Esta es una aventura que se cocina a fuego lento y con la cual hay que tener paciencia, pues si no la tenemos seguramente acabemos dejándola de lado. Y es que aquí, como en la vida misma, la paciencia es la madre de la ciencia y el estrés, las prisas o la ansiedad no harán que el tiempo o las cosas transcurran más deprisa.
A todo esto, Shenmue hace muchas cosas bien, a pesar de que muchos se empeñen en lo contrario. Sin embargo, a día de hoy cuesta verlas y pensar que eran capaces de hacer en aquel entonces con los recursos que tenían, que por otra parte es tan factible de hacer actualmente. La historia fluye y se desarrolla en su medida justa, atrapa y engancha como si de una película se tratase. De hecho, Suzuki hace sus pinitos en este sentido y trata de plasmar algunos recursos de este arte mediante secuencias cinematográficas bien dirigidas y logradas. Por eso podemos ver como la historia se narra de una forma personal que trata de hacer que el jugador se sumerja en este universo como si fuera una parte de este mismo a lo largo de las 20 horas aproximadas de duración cada uno.
Respecto a lo jugable, nos encontramos claramente con el fleco que más ha acusado el paso del tiempo. Sin embargo, no es que estos videojuegos basen precisamente sus bazas exclusivamente en este apartado, pues le da mucho más protagonismo a la investigación y la narración. No obstante, el manejo y control del personaje se hace un tanto tosco y robótico tanto con la cruceta como con el analógico, cosa que también se traslada al comportamiento de la cámara, la cual se llega posicionar en muy malos ángulos en muchas ocasiones. Por otra parte, en lo jugable también encontramos otro elemento relevante que es el combate, el cual nos permite cambiar un tanto de tercio y el ritmo del juego, poniendo en práctica una buena ejecución de unos Quick Time Events que involucran al jugador en el conjunto aportando interactividad.
Como decíamos al principio, Shenmue I & II es una remasterización vaga, y los es por varias razones que ya hemos tocado, pero que a continuación se van desarrollar un tanto. SEGA parece que tenía miedo, o pocas ganas de trabajar con este “port”, pues los cambios introducidos van poco más allá de un aumento de resolución. Es cierto, quizás cualquier cambio abrupto en la jugabilidad o cualquier otro apartado podría haber manchado la fidelidad a los productos originales, pero se echa en falta cierto pulido o mejoras que habrían suavizado un tanto la entrada a estos juegos, más teniendo en cuenta que a día de hoy se han realizado regresos de sagas emblemáticas de una forma magistral tanto en forma de remaster como remakes.
De esta forma, nos encontramos solamente mejoras en cuanto al apartado técnico y gráfico en esta adaptación. El rendimiento de ambos títulos es notable, aprovechando el hardware en el que se ejecuta consiguen ofrecer unas pantallas de carga más efímeras y unas transiciones entre secuencias más orgánicas. También hay que recalcar que mantiene los 30fps, una tasa que no está nada mal tratándose del producto que tenemos entre manos y teniendo en cuenta que aumentarla más podría suponer bugs o errores inesperados. Asimismo, contamos con la posibilidad de disfrutar la aventura de Hazuki en 16:9, aunque estos bajan a 4:3 en las cinemáticas.
Por último, comentar que al no haber tocado el audio, seguimos notando como la música o los efectos solapan en cierta forma a las voces, así como un poco de ruido en las pisas de audio que dificultan la interpretación de los diálogos. Por otro lado, volvemos a ver la dejadez anteriormente citada de SEGA. Es algo bochornoso que no hayan aprovechado la ocasión de incluir más idiomas en la traducción del juego. Por ello, nos vuelven a llegar ambas obras en inglés integro, dificultando a todo hispanohablante el acceso a estos clásicos. Esto es una pena, ya que existen traducciones hechas por fans que realmente serían merecedoras de estar en el producto final, siempre y cuando llegarán a un acuerdo con la compañía.
Conclusiones
Nos encanta que esta adaptación de Shenmue I & II exista y haya sido una realidad por fin. Sin embargo, nos sentimos decepcionados por la poca labor que SEGA ha realizado en ésta. No exhibe ninguna novedad salvo un aumento en la resolución, ni tampoco incluye ningún aliciente extra que justifique su compra para aquellos que ya tuvieran estos juegos, así como para los que ya los habían pasado, más allá de rejugarlos de nuevo o por mero coleccionismo. Ha sido una lástima ver cómo han desaprovechado la ocasión de introducir material complementario acerca del desarrollo y su propio creador. Contenido que a todos los fans de la saga les hubiera encantado ver seguramente. Así pues, esta remasterización es recomendable si no tuvisteis la oportunidad de disfrutarlos en su día, o quieres disfrutar de estas aventuras en las consolas actuales, pues todo aquel que se considere jugador debería darle una oportunidad como mínimo.