Análisis de The Stone of Madness para Xbox Series X. Estrategia y sigilo en la oscuridad de un monasterio pirenaico.
Francisco de Goya fue un pintor y grabador español cuyas obras, siempre con un rasgo subyacente de naturalismo, son el reflejo de una realidad sin una visión idealista que la edulcore ni desvirtúe, donde es igualmente importante el mensaje ético. Dicha perspectiva se puede apreciar perfectamente en The Stone of Madness, el nuevo título de estrategia desarrollado por The Game Kitchen y Teku Studios.
Te puede interesar
¿A quién no le va a gustar un monasterio español del siglo XVIII?
Durante el siglo XVIII, cuando la medicina aún estaba por evolucionar, a las personas con problemas de salud mental se les tildaba de locos y se les internaba en psiquiátricos. En estos lugares se les encerraba en celdas o se les impartían métodos de rehabilitación poco ortodoxos que, en muchas ocasiones, agravaban aún más su enfermedad. Es aquí donde comienza nuestro periplo.
The Sone of Madness nos traslada al interior de un monasterio situado en el Pirineo en 1799, sin entrar en detalles de en cuál localidad se encuentra. Hace años, una orden del rey destinó parte del lugar a la asistencia de locos y enfermos, apartándolos de la sociedad. Pero este hogar monacal esconde un oscuro secreto tras sus muros. Algo que permanece oculto y no debe ser contado.

El protagonista de nuestra historia es Alfredo. Este cura que vino a visitar el monasterio ha acabado encerrado en él por intentar denunciar los abusos que se cometían. Ahora, junto a cuatro compañeros, deberá escapar y enfrentarse a la violencia, la corrupción y a sus propios miedos. Pero no será tarea sencilla, pues el convento es un auténtico laberinto de pasillos, trampas y enemigos que pondrán a prueba nuestra paciencia y astucia.
Con mucho cuidado
A nivel jugable, estamos ante un título de sigilo táctico en tiempo real bastante exigente que bebe de obras clásicas como Commandos, salvo que con un enfoque y matices mucho más narrativos y atmosféricos. Manejaremos a cuatro personajes: Alfredo, Agnes, Amelia, Eduardo y Leonora. Podremos variar en todo momento entre cada uno de ellos o hacer que se muevan en grupo siguiendo a un líder.
El objetivo lo marcará la misión que nos indique el juego. Deberemos cumplirla sin ser detectados por los guardias, los frailes o las monjas fisgonas, que no dudarán en dar la alarma si nos ven hacer algo sospechoso. Así pues, nos moveremos entre las sombras aprovechando las características únicas de cada personaje para superar los obstáculos.

Esto se traduce en que tendremos que elegir con cabeza a qué miembro del grupo escogemos para hacer ciertas cosas. Alfredo, por ejemplo, puede iluminar el camino con su lámpara, encontrar caminos ocultos y pistas o exorcizar espíritus malignos con sus crucifijos. Por su parte, Eduardo, el más fuerte, puede lanzar escombros a largas distancias para distraer a los guardias o colocar pesadas tablas a modo de puente. Combinarlos a todos en cada tentativa de huida será la clave para escapar.
Planifica bien el día
En The Stone of Madness no se puede guardar partida a la vieja usanza, lo cual hace que queramos pensarnos dos veces cada movimiento antes de ejecutarlo. En su lugar, el juego utiliza un sistema de días. Al completar uno, el juego guarda automáticamente.
Decidir cuándo acaba la jornada depende de nosotros, y habrá que tener muy en cuenta cuándo debemos dejar los planes para más tarde. Y es que, al caer la noche, en el monasterio aparecerán espectros que hacen que sea más complicado moverse sin ser descubiertos.
Si algún enemigo nos ve o nos escucha haciendo algo sospechoso, irá a investigar. Dependiendo de la distancia a la que nos encontremos de su cono de visión nos perseguirá o no. Si por desgracia sucede lo primero, irá a por nosotros y la única manera de darle esquinazo será escondiéndonos. En caso de que nos atrapen, perderemos vida, aumentará nuestro nivel de notoriedad y bajará nuestra cordura. Aun así, algunas veces estas persecuciones serán una oportunidad de distracción para que otro miembro del equipo actúe.

No obstante, como decía anteriormente, siempre que atardece el juego nos dará la posibilidad de regresar a nuestra celda común. Este lugar sirve como base y aquí podremos “cuidar” de nuestros personajes. Alfredo, como antiguo miembro de la orden de los jesuitas, conoce de medicina y podrá curar las heridas de sus compañeros (siempre que tenga vendas). Leonora, en cambio, puede tocar su violín para mantener la cordura del equipo o sobornar a los guardias para bajar nuestra notoriedad. Cabe destacar que todas estas acciones gastan un número limitado de puntos en cada personaje, así que tendremos que gestionarlos bien cada día.
El sueño de la razón produce monstruos
Si bien antes os contaba las virtudes de los protagonistas de The Stone of Madness, ahora es el momento de hablar de sus miedos. El pasado traumático de estas pobres almas ha dejado marcas en su mente. Fobias que se manifiestan en según qué situaciones y que, poco a poco, van minando su cordura. De este modo, Alfredo no puede ver ni pasar cerca de cadáveres, Eduardo le tiene terror a la oscuridad, Leonora al fuego y la pequeña Amelia a las gárgolas y espectros.

Quedarnos sin cordura supondrá un nuevo trauma para nuestro personaje. Si no reducimos el medidor de juicio cada noche, estos miedos se irán acumulando y llegará un momento donde no podremos realizar ninguna acción sin sufrir. Por eso es tan importante alternar entre ellos y administrar bien sus puntos en nuestro refugio.
Reminiscencias de Goya
A nivel técnico, el título no resalta tanto por sus animaciones como por su apartado artístico, quien es el que se lleva todo el mérito. Cada personaje del juego tiene un diseño único inspirado en la obra oscura de Francisco de Goya. Además, la esencia del arte romanticista se puede apreciar cada una de las paredes, con cuadros que pertenecen a este movimiento cultural. Conjuntamente, cabe destacar que el juego nos introduce en los momentos más importantes de la historia una serie de cinemáticas muy vistosas.

Respecto al apartado sonoro, The Stone of Madness logra sumergirnos en el ambiente de misterio y misticismo del monasterio gracias a su maravillosa banda sonora y sus efectos ambientales. Por si fuera poco, el juego cuenta con un doblaje en castellano que, aunque no se da en demasiadas ocasiones, tiene una calidad increíble. Algo a lo que The Game Kitchen ya nos tiene acostumbrados desde hace tiempo.
En definitiva
The Stone of Madness es una obra de arte no apta para todo el mundo. Un título de estrategia bastante exigente con el jugador que puede llegar a frustrar si no nos lo tomamos con la suficiente calma. Por suerte, sus creadores dan la opción de ajustar la dificultad u otros parámetros que, aunque no garantizan que la fuga vaya a ser un paseo, sí hacen que no perdamos la cabeza demasiado pronto. Por último, en lo audiovisual estamos ante un juego que se disfruta mejor con cascos. Gracias a su música y a sus efectos sonoros, nos adentraremos en los misterios de este monasterio reconvertido en sanatorio. Además, su arte y apartado visual refuerzan una oscura narrativa inspirada en obras tan míticas como La Abadía del Crimen. Trama que, poco a poco, irá enganchándonos y haciendo que le tomemos cariño a unos personajes carismáticos, humanos y muy bien escritos.
The Stone of Madness
29,99 €Pros
- Historia muy interesante con una narrativa magistral
- Fantástica ambientación
- Apartado artístico sobresaliente
- Posibilidad de alternar entre 5 personajes diferentes, cada uno con sus ventajas y debilidades que llevan a multitud de situaciones
Cons
- Aún en su nivel bajo de dificultad, es exigente si no vas con cuidado
- Los controles y la interfaz están más pensadas para PC que para consola