El regreso de BioWare.
Solo quedan unas semanas para el lanzamiento de Dragon Age: The Veilguard, así que decidimos echar un vistazo a la demo jugable que se presentó en el Tokyo Game Show 2024, donde pude jugar a una misión de la historia durante unos 30 minutos. Mis impresiones se centrarán sobre todo en la jugabilidad y el combate, ya que la historia es un poco difícil de comprender cuando sólo disponía de un tiempo tan limitado. No obstante, con el breve fragmento que pude experimentar, ya puedo decir que Bioware está volviendo a parecerse a la que era hace años y que parece que están deseando mostrárselo al mundo con este juego.
Tras lograr un gran éxito en 2014 con Dragon Age: Inquisition, Bioware ha tenido algunos tropiezos con Anthem y en menor manera con Mass Effect: Andromeda. Esto ha hecho que los fans se cuestionen si el estudio ha perdido o no su toque de calidad. Dragon Age: The Veilguard tiene mucho en juego para demostrar que el estudio puede seguir considerándose uno de los mejores de la historia de los RPG occidentales. Admito que yo también tenía mis dudas al respecto, a pesar de que lo visto últimamente había despertado mi interés. Interesante apartado artístico, personajes famosos de la saga que regresan y un gran énfasis en el aspecto narrativo es la seña de identidad de esta entrega. Basándome en lo que he jugado, Dragon Age: The Veilguard va a ser una apuesta segura de cara a este 2024. Y es que Bioware se lo ha currado con esta entrega.
Elegí jugar como un mago, sobre todo porque vi lo bien que se veían los hechizos en los tráilers. Y lo cierto es que de cerca parecen y se ven aún mejor. Lo primero que me llamó la atención de The Veilguard fue su genial diseño de sonido, su increíble apartado artístico y lo maravilloso de sus efectos visuales que lo convierten en todo un espectáculo. El juego tiene una pinta fenomenal en casi todos sus aspectos. Las texturas, la iluminación, los elementos ambientales y los modelos de los personajes tienen un aspecto muy detallado. Me gustó especialmente cómo Dragon Age: The Veilguard no teme dejar que sus colores resalten. Es un juego visualmente impactante por lo que he visto hasta ahora.

En cuanto al combate, la mayoría de los enemigos con los que combatí eran los típicos masillas, con alguna variante ocasional en forma de enemigo grandote tanque al que cuesta más golpear. Hablando de eso, al principio me preocupaba que sólo pudieras controlar directamente a tu personaje y a nadie más. Pero pulsando los gatillos te aparece una rueda de habilidades en la que puedes indicar a los miembros de tu grupo qué hacer y en qué objetivos deben centrarse. Incluso puedes encargar a dos miembros del grupo que se centren en un enemigo. Esto reduce la microgestión de los títulos anteriores y pone más énfasis en lo que hace tu personaje. Y debo decir que gusta más esta dinámica. Nunca me ha gustado tener que prestar demasiada atención a lo que debe hacer mi compañero para obtener el mejor resultado posible en un combate. Me gusta que esta vez tengan más autonomía. El combate en Dragon Age: The Veilguard es fluido, divertido y más atractivo gracias a ello.

Los desarrolladores de BioWare han confirmado que el juego funciona con el motor Frostbite 3. Para los que no lo sepan, esta fue la razón por la que desarrollar Dragon Age: Inquisiton, Anthem y Mass Effect: Andromeda fue un tormento para BioWare, debido sobre todo a lo complejo e incompatible que era el motor. Este estaba hecho para juegos FPS como Battlefield, no para juegos RPG. Pero aseguran que esta vez el equipo ha modificado mucho el motor Frostbite 3 para adaptarlo a sus necesidades. Ahora que saben mejor con qué están trabajando, se nota la confianza en la forma en que se presenta The Veilguard.
Me siento mucho más aliviado de que Bioware haya optado esta vez por un enfoque basado en misiones, como pasaba con los primeros juegos de la serie. Aunque me gustó lo abierto que era Inquisition, estoy seguro de que no fui el único que se sintió abrumado por su magnitud. Dado el enfoque más lineal, la exploración viene en forma de descubrir caminos ligeramente ocultos en el camino hacia el objetivo. A veces puede ser tan sencillo como doblar una esquina, o puede que tengas que buscar objetos rompibles para abrir un camino adicional. El botín que encontré en las zonas ocultas parecía más bien material de artesanía. La mayor parte del equipo lo dejan caer los enemigos o algunos cofres. Parece que el juego utilizará un sistema de rarezas con ventajas aleatorias por botín equipable. Sólo espero que esto no sature el inventario a medida que avances en la versión final.

Si hay algo que me llevo de todo esto es que Dragon Age: The Veilguard da la sensación de que Bioware está demostrando que puede ser el estudio que enamoró a los fans hace años. Hay muchas cosas buenas y he disfrutado de la demo como ni me habría llegado a imaginar. Por suerte, no tendremos que esperar demasiado para el resto, ya que el juego saldrá a la venta para Xbox Series X|S y PC el 31 de octubre de 2024.
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